lunes, 30 de abril de 2018

Motos y seguridad vial


La motocicleta tiene muchas ventajas pero tiene algunos problemas como su convivencia con los otros modos de desplazamiento y su especial vulnerabilidad.

Sobre la convivencia con los otros modos de desplazamiento es bueno recordar que mientras el transporte público, el automóvil y la bicicleta tienen sus carriles reservados y el peatón tiene su espacio en la aceras, las motocicletas no disponen de un espacio propio y tiene que compartirlo con los otros modos, lo que motiva que todos hablen mal de las motocicletas y que no se les de la importancia que tienen y merecen desde las administraciones.

Y pensando en el futuro habrá que tener en cuenta que la consolidación del comercio electrónico en nuestro país con un crecimiento anual del 20% otorga un espacial protagonismo a las motocicletas en el reparto final a domicilio que es un problema emergente.

En relación con la seguridad basta señalar que en el año 2016 se contabilizaron en España 343 motociclistas fallecidos, un 4,2% más que en el año anterior y, sobre todo, conviene no olvidar que el 80% de los motociclistas heridos se producen en las ciudades, aunque es cierto que los fallecidos son en las carreteras por razones de la velocidad.

Aquí y ahora surge la pregunta ¿qué podemos hacer?

Primero deberíamos tener claro lo que no debemos hacer, que es buscar culpables en lugar de buscar soluciones y evitar , hasta donde sea posible, la salida fácil de prohibir y aumentar las sanciones o las penas.

El manual aconseja poner los datos sobre la mesa, reunirse y reflexionar conjuntamente con los representantes de los motoristas porque ellos son los que mejor conocen sus problemas y porque son los que ponen las víctimas. En las grandes ciudades y en las administraciones responsables de la seguridad vial ya es habitual la figura del responsable de la motocicleta que siempre es un funcionario usuario de la moto y garantiza una relación fluida y constructiva con los motoristas.

En la formación para sacarse el permiso de conducir, tanto para las cuatro ruedas como para las dos ruedas, habrá que plantearse unas horas presenciales de seguridad vial que ahora no existen y es una asignatura pendiente.

A los conductores con tres años de antigüedad en el permiso B, que les habilita a llevar motos de hasta 125 c.c. habrá que ofrecerles un curso voluntario para sensibilizarles sobre el manejo y los riesgos de la motocicleta y también existen unos cursos de conducción segura de motocicletas consolidados en los últimos años como una buena práctica que convendría incentivar con 3 o 4 puntos para el permiso por puntos.

En Francia acaban de hacer obligatorio el uso de guantes para los motoristas como una forma de recordar la importancia del equipamiento adecuado para la seguridad de los desplazamientos en moto. Convendría tomar nota, al menos para la carretera.

Ninguna de estas medidas resolverá por si sola el problema de la siniestralidad de los motoristas, pero todas juntas pueden permitir abrir el debate y elaborar una estrategia con perspectivas de futuro para mejorar la seguridad de nuestros motoristas. Este es el reto.

Pere Navarro Olivella

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